Intento escribir; intento escribir para no matarme, para no hacerme daño, para no ahogarme. El sentimiento es leve, pero no lo suficiente como para descontrolar mis emociones; guardo silencio para escuchar mis pensamientos pero sólo encuentro un desorden total, nada claro ni preciso, sólo gritos atrapados. Quisiera gritar, se me desgarra la garganta al reprimir el llanto, sigo guardando silencio mientras se me desmorona el alma. Me estoy haciendo pedazos en medio de tanto ruido y silencio inexplicable, hay tanto ruido en mi mente, mi alma incluso hace ruido al derrumbarse… Pero todo es silencio absoluto a mí alrededor. A veces, no hay nadie que te pida estar en silencio. A veces, simplemente no hay nadie.
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