Me despiertas cada mañana,
me saludas mientras yo asiento
y espero el desayuno en silencio.
Tú sigues preguntando si pienso en ti,
y yo me cuestiono si tú alguna vez lo has hecho por mí
(lo has hecho de verdad).
Porque antes (y después) de cometer un error,
tu rostro aparece en mi mente
y doy paso atrás.
No quiero decepcionarte
y tú sólo le preguntas a Dios por qué de mí.
¿Por qué no le preguntas si soy feliz?
Sabes mi nombre letra por letra,
fuiste tú quien lo eligió.
Mi propia madre, me llevaste dentro de ti
soy tu hija y apenas sabes sobre mí,
dices conocerme pero no puedes
ver más allá de lo que muestro.
La gente te pregunta qué tal me va
repiten cuanto me parezco a ti,
podrías ser mi alma gemela, nunca la sabré
(quizás no lo seamos).
Mira dentro de mí. Solamente.
Comentarios
Publicar un comentario